En 1066, el rey Eduardo el Confesor de Inglaterra muere dejando su corona al anglosajón Harold Godwinson. Al hacer esto, el rey Eduardo ignora sus promesas anteriores de ceder el trono de Inglaterra a uno de sus sucesores legítimos de entre sus parientes flamencos, vikingos o normandos. Como resultado de esta decisión imprudente, comienza una contienda por la corona inglesa. Mientras una Armada de barcos vikingos bajo el mando del rey vikingo Hardrada invade el norte de Inglaterra, una invasión normanda, liderada por William Duke de Normandía, golpea el sur. Atrapados en un movimiento de pinza gigante, el nuevo rey inglés Harold Godwinson y su pequeño ejército deben correr hacia el norte para hacer frente a la invasión vikinga mientras planean una eventual carrera loca hacia el sur para enfrentarse a los normandos. El destino de la Inglaterra anglosajona está en equilibrio.