El 15 de febrero de 1839, el fotógrafo francés Louis Daguerre anunció la invención del daguerrotipo, un proceso fotográfico revolucionario que permitía capturar imágenes de forma permanente en placas de plata.
Este avance tecnológico marcó el inicio de la fotografía moderna y cambió para siempre la forma en que se preservaban los momentos y retratos de las personas.
El daguerrotipo se convirtió en un fenómeno popular y se extendió rápidamente por todo el mundo, dando lugar a una nueva era de la imagen y la representación visual.