Petros es un arqueólogo que experimenta la paranoia griega desnuda en el centro de Atenas. Ya sea por elección o por casualidad, entra en contacto con personas que son "diferentes": un inmigrante árabe, que llega a Grecia, tierra de "infieles", decidido a conquistarla por cualquier medio; Una violonchelista greco-francesa, agobiada por la agonía de su madre alcohólica; Un joven pianista albanés, que carga con la maldición de su propio genio y divinidad personal; Un inmigrante griego, que fue repatriado pero ahora no tiene a dónde llamar hogar; Un director de banco, que cree que todo se puede comprar, hasta el amor; Un patrullero, que crea su propia versión de la realidad sociopolítica. El contacto de Petros con estas personas es, de hecho, una experiencia traumática. Por cada encuentro tiene que pagar un precio. A veces el precio es material, mientras que otras veces es emocional. A veces son ambos. ¿La experiencia adquirida compensará la pérdida?