Nogreh es una joven afgana que vive con su padre y su cuñada, Leylomah, cuyo marido, Akhtar, está desaparecido. Más allá del tema de Akhtar, a Leylomah le preocupa más cómo alimentar a su bebé. No puede dar leche a su bebé porque su propio hambre le impide amamantar. Nogreh, sin embargo, aspira a una vida en una democracia de estilo occidental. Aunque los talibanes ya no están en el poder en Afganistán, las fuerzas tradicionales siguen activas en el país. Nogreh a menudo muestra signos de rebelión, como usar un par de zapatos de tacón blancos en lugar de la tradicional zapatilla debajo de su burka. Pero sobre todo, Nogreh quiere ser educado. Sin el conocimiento de su padre, Nogreh está asistiendo a una escuela de niñas secular. En última instancia, quiere convertirse en presidenta de Afganistán. Con la ayuda de una refugiada paquistaní a la que le gusta como mujer, Nogreh intenta comprender exactamente qué fuerzas llevaron a la elección de los líderes mundiales actuales, esas fuerzas que quiere emular.