Harry Perkins, trabajador del acero y sindicalista de Sheffield, se convierte en Primer Ministro del Reino Unido por una abrumadora mayoría, en parte debido a la corrupción y desilusión pública con el Partido Conservador y las instituciones financieras de la City de Londres. El FMI y los servicios militares y secretos del Reino Unido (y EE. UU.) están descontentos con las aspiraciones no nucleares y neutrales de su partido y son apoyados en sus temores por magnates mediáticos nacionalistas.
En silencio, el protagonista Harry es impulsado por un deseo subyacente de compensar el homicidio corporativo de su abuelo, "quien fue asesinado en el trabajo" cuando fue salpicado por acero fundido. Harry heredó su taza de afeitar, nada más, y originalmente estaba decidido a ver a los trabajadores participar en la toma de decisiones para la seguridad en el trabajo. A medida que crecía su conciencia política nacional, formó una agenda más amplia para reinvertir en salud y educación, así como en la propiedad pública de servicios públicos.
Harry mantiene su impulso a pesar de los escándalos sexuales y suicidios que involucran a sus colegas y el asesinato de su consejero militar de confianza Monty Kowalski. Harry dice que "los muertos [leer: su abuelo, Annette Newson y Monty] hacen las mejores preguntas, y somos responsables". Encuentra algo de apoyo personal en su ex amante Helen, una apasionada defensora de estrategias económicas alternativas, y el espía de Harry en los pasillos del poder; Thompson, un periodista de investigación. Pero en última instancia, esta es una historia sobre las convicciones de un hombre.
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A Very British Coup
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Great Mass in C Minor
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