Después de la crisis financiera de 2008 que casi destruyó la economía mundial, ninguna de las instituciones financieras estadounidenses enfrentó procesamientos por sus negocios turbios que contribuyeron a este desastre, excepto una.
Abacus Federal Savings Bank, un pequeño banco chino-americano que atendía al mercado descuidado de su comunidad, fue acusado de cargos de fraude y falsificación de préstamos.
A medida que el banco disputaba estas acusaciones, muchos en los medios de comunicación tradicionales notaron que competidores mucho más grandes parecían haber cometido delitos similares sin consecuencias legales; probablemente porque eran "demasiado grandes para quebrar".
Esta película explora la historia de Abacus y su batalla legal por sobrevivir contra esta aplicación hipócrita, y probablemente racista, de la ley que parecía estar decidida a castigarlos como chivos expiatorios por crímenes que feloniosos mucho más grandes merecían enfrentar.
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Abacus. El banco que pagó la crisis
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