Poco después de la Guerra Civil, mientras explora la isla de Sullivan, desierta y supuestamente encantada durante mucho tiempo, frente a Charleston Carolina del Sur, un niño se encuentra con dos excéntricos obsesionados que viven allí. Estos hombres lo ahuyentan y le advierten que nunca regrese ni que se lo cuente a nadie. Pronto, sin embargo, lo localizan y lo convocan de regreso, porque sin saberlo les ha dado una pista vital para su búsqueda y necesitan su ayuda para desentrañar el resto del misterio. Si puede hacerlo, encontrarán un tesoro pirata enterrado y todos se harán ricos. Pero al unirse a la búsqueda, cae bajo la misma obsesión y maldición: un destino siniestro sugerido por la música electrónica sobrenatural que contribuye a la atmósfera de la película.