Un cortometraje del pionero de los superplanos Takashi Murakami que se proyectó en la exposición Pop Life: Art in a Material World en el museo Tate Modern de Londres. Está protagonizada por Kirsten Dunst bailando por las calles del distrito de Akihabara en Tokio vestida como una colorida princesa, cantando una versión de "Turning Japanese" de los Vapors.