La arqueóloga Pepi Papakosta tiene la misión de encontrar la tumba perdida de Alejandro Magno. Excavando en un jardín público en el centro de Alejandría, Egipto, la ciudad que él fundó hace 2.300 años, descubrió una rara estatua de mármol de Alejandro, tesoros griegos y túneles secretos. Pero el mayor hallazgo de Pepi es un descubrimiento extraordinario que incluso ella no esperaba.