Un microbio alienígena aterriza en la remota Siberia en la década de 1950. En el año 2004, un científico estadounidense que trabajaba en un laboratorio subterráneo ultrasecreto en Alaska clonó el microbio. Se escucha una señal de socorro distorsionada desde el laboratorio justo antes del cierre completo de la instalación. Esta es la última palabra enviada por los científicos. Un equipo de científicos y personal militar se encarga de averiguar qué salió mal.