Nuestra civilización, tal como la conocemos, surgió como por arte de magia. Durante milenios, el hombre antiguo cazó y recogió, pero, después de miles de generaciones, la humanidad se asentó repentinamente y como si surgiera de la nada. De repente, en la antigua Sumeria aparecen herramientas complejas, arte, literatura, agricultura, matemáticas, astronomía y enormes monumentos a los dioses. Los mismos dioses que surgieron de la civilización sumeria de tabletas de arcilla nos dicen que habían bajado a la Tierra desde el cielo para darnos conocimiento y vida. Ahora estamos descubriendo evidencia del legado de la humanidad que difiere de la doctrina que nos han dicho durante milenios y que la verdad es más extraña que la ficción. Nuestro panteón de dioses pueden haber sido descendientes de seres alienígenas y ahora está claro que nuestra historia se remonta a miles de años más de lo que se pensaba anteriormente.