Zel es un adivino. Vive y trabaja en una casa vieja al borde del bosque. La casa está llena de fantasmas (incluido un sacerdote, una novia, un niño mudo, algunos vodevilianos lavados y un grupo de músicos ruidosos y con problemas de visión, entre otros) que han estado allí desde que tiene memoria. Cuando una luz misteriosa aparece en el bosque, los fantasmas se dan cuenta de que están atrapados y comienzan a rebelarse. Zel se ve obligada a aceptar los orígenes de estos espíritus y dejar ir a la única familia que ha conocido.