Un empleado a punto de jubilarse y el joven que va a tomar su lugar, comparten cinco jornadas en el lugar de trabajo, un enorme almacén vacío donde aparentemente nunca sucede nada. El tiempo transcurre marcado por un reloj desajustado, el incómodo silencio entre las dos personas obligadas a compartir un espacio, la inactividad en el almacén - donde paradójicamente hay un hormiguero minúsculo con actividad frenética - la desesperación de la espera, el conflicto generacional entre los dos personajes, el peso de una gran mentira... Todo esto irá construyendo un lazo indomable entre los dos, algo que creará una unión permanente: la conciencia de perdedores.