La adolescencia es siempre una época difícil; lo es doblemente para Gábina. Por un lado, ella está creciendo en los años de normalización de la década de 1970, y luego también tiene que enfrentar la realidad de que su padre es un actor reconocido y desautorizado por el régimen. Aunque abandonó a la familia años antes, su existencia arroja una sombra ominosa sobre la vida no solo de Gábina, sino también de su hermana mayor y su madre, que están tratando de encontrar un camino civilizado a través del fango social de la época.