Ashes and Snow, una película de Gregory Colbert, utiliza cámaras fijas y de cine para explorar interacciones extraordinarias entre humanos y animales. El largometraje de 60 minutos es una narración poética más que un documental. Tiene como objetivo levantar las barreras naturales y artificiales entre los humanos y otras especies, disolviendo la distancia que existe entre ellos.