Un cinéfilo conoce en una playa de Ramatuelle a su cineasta favorito. Propone filmar la dolorosa aventura que acaba de vivir. Los dos hombres tejerán las escenas, cada uno a su manera. El cineasta sigue impulsando el proyecto, argumentando que el chute no es bueno. Pero quizás haya una buena razón para no ir tras la aventura.