Sir Giles Lynchwood casi lo tiene todo, es rico, es poderoso (es un diputado conservador) pero dos cosas lo molestan. Primero, es su casa. Es una casa solariega podrida. Y lo segundo es su esposa, Lady Maud Lynchwood. La decidida Maud quiere tener hijos con Giles (para continuar con la línea familiar), pero Giles no tendría relaciones sexuales con Maud si ella fuera la última mujer en la Tierra. También engaña a Maud con la Sra. Forthby. Giles piensa en un plan para deshacerse de la casa. Convence al Gobierno para que construya la ampliación de una autopista (autovía) por el terreno y por la propia casa. Maud se entera de esto y está decidida a quedarse en su casa. Sueña con divorciarse de Giles y, con la ayuda de su ayudante extranjero, Blott (que tiene un pasado misterioso pero tiene una gran deuda con el padre de Maud) se propone detener la autopista e intenta convertir la mansión en un zoológico de safari. Pero Giles y Dundridge, el controlador de la autopista, tienen otras ideas ...