Tras enamorarse tanto de ella como del director, sus vínculos con la realidad comienzan a desmoronarse; y con su familia abandonada, su única fuente de alegría que le queda, es más Cat Sick Blues. No pasa mucho tiempo cuando se presenta otra oportunidad para alimentar su obsesión malsana, esta vez en forma de una sincera entrevista reveladora con el director de la película, Dave Jackson. De esta parte particular de la experiencia de Cat Sick Blues, es posible que nunca se recupere.