Limpia y afeitada, una película dura para que algunos la tomen, pero contiene, con mucho, el retrato más honesto y conmovedor de la esquizofrenia que se haya visto en la pantalla. Peter Greene interpreta a un joven que había sido institucionalizado. Ahora afuera, está tratando desesperadamente de encontrar una manera de funcionar en el mundo y de buscar a su pequeña hija, a quien tenía antes de ser hospitalizado y que solo había visto cuando era un bebé. Es una película difícil de ver para algunos, pero también es muy gratificante, especialmente en la fascinante actuación de Green.