En mayo de 2010, el Reino Unido se encontró con un dilema crítico: ni el Partido Conservador, ni el Partido Laborista, ni el Partido Liberal Demócrata obtuvieron suficientes votos para ganar las Elecciones Generales.
Frente al primer parlamento colgado en 36 años, y con muy pocos escaños en comparación con los otros dos partidos, el líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg (Bertie Carvel), se enfrenta a una elección: unirse a los Conservadores y su líder David Cameron (Mark Dexter) o a los Laboristas y su líder, el Primer Ministro, Gordon Brown (Ian Grieve).
Ante la posibilidad de ser etiquetado como un traidor y con el futuro del gobierno de la nación en sus manos, la elección que Clegg tiene que hacer cambiará el rostro de la política británica moderna en los años venideros.