El ferrocarril del valle de Yosemite, que atraviesa el impresionante paisaje y las impresionantes vistas del cañón del río Merced hasta su terminal en El Portal, en las afueras del Parque Nacional Yosemite, está al borde del fracaso. El nieto de un trabajador ferroviario chino se embarca en una búsqueda romántica, pero finalmente condenada al fracaso, para evitar que este ferrocarril sea vendido como chatarra. Su amor por los trenes lo encuentra trabajando como ferroviario, en lugar de en el rentable negocio de su padre. Se las arregla para localizar a un excéntrico inversionista adinerado para que lo ayude a adquirir el ferrocarril, pero su inviabilidad financiera lo convierte en un respiro quijotesco, en el mejor de los casos. La película también retrata el racismo anti-asiático presente en Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial.