En 1986, David Whitman llegó a casa, contaminó a su esposa e hijo y los vio morir. Años más tarde, dirige un equipo de materiales peligrosos que investiga un accidente industrial cerca de Budapest. Un hombre contaminado escapó. La experta en terroristas Holly Anderson es parte de una unidad que opera bajo la premisa de que el hombre contaminado es un terrorista que asesina a sus víctimas. Whitman, por otro lado, cree que el hombre contaminado es una víctima inocente. De cualquier manera, hay que encontrar al hombre contaminado, porque después de que toca a las personas, estas viven solo unos minutos.