Juan huye de Madrid y de una relación incestuosa con su hermana, Ana, trabajando en una mina en la costa de Andalucía.
Cuando su amistad con Rosario, una chica de la tienda local, se convierte en romance, Ana aparece queriendo reavivar su aventura.
Él se resiste al principio, pero ella se queda, afirmando que Juan es el único hombre que puede amar.
Juan se distancia de Rosario. La mina tiene problemas: altas tasas de cáncer en la zona causadas por desechos radiactivos mal almacenados.
Un ingeniero de seguridad extranjero, Petersen, intenta conectar con Ana, es rechazado, pero la deja quedarse en su bungalow frente al mar.
Juan la busca para exigirle que se vaya, solo para discutir con Petersen. Muerte, deseo y anhelo se desarrollan.