Mientras llora la muerte de su esposo Wells, quien se suicidó, Helen conoce a su socio Tomas que le pide su bendición para seguir dirigiendo su empresa.
Helen regresa a su trabajo y de repente, tiene un apagón durante varios días.
Despierta en casa y recibe una llamada telefónica de ella misma advirtiéndole que un hombre está llegando en un BMW para matarla.
Huye y va a la casa de su amiga Alex para pedir ayuda.
Se dirigen a una cabaña aislada que pertenecía al padre de Helen y pronto Helen descubre que se había enviado al pasado a través de una máquina del tiempo inventada por Wells para evitar que ella misma cometiera un asesinato.