En la mañana del 8 de febrero de 1977, Tony Kiritsis entró en una oficina en East Market Street y conectó una escopeta a la cabeza del corredor de hipotecas Richard Hall.
Después de realizar una llamada de emergencia de 40 minutos que abarcó desde el respeto educado hasta los discursos furiosos y los quiebres emocionales, Kiritsis luego paseó a Hall por las calles del centro de Indianápolis seguido por un grupo de policías y medios de comunicación que no pudieron hacer nada más que observar cómo se desarrollaba el evento.
Kiritsis continuó manteniendo a Hall como rehén durante tres días mientras los francotiradores del SWAT, el equipo de bombas y el FBI buscaban una manera de desarmarlo sin que Hall resultara herido.
La crisis culminó en una impactante conferencia de prensa transmitida en vivo por televisión.