En un futuro próximo, los avances en genética y tecnología han eliminado todo sufrimiento físico y psicológico. Esto se logra mediante la filtración remota de sensaciones negativas a través de seres humanos sustitutos clonados artificialmente y almacenados para este propósito en tinas de almacenamiento. El detective Mario Cabal (Gustavo Sánchez Parra) investiga el caso de una hermosa joven (Alejandra Ambrosi) cuyo "depositario", o sustituto, ha sido secuestrado por un exnovio abandonado (César Ramos). Cuando Mario descubre que el secuestrador ha despertado al sustituto con la esperanza de reunirse con su amada, el detective comienza a cuestionar si los sustitutos están desprovistos de conciencia, como se cree en gran medida. Empieza a tener dudas acerca de condenar a la subrogación el segundo feto clonado que su esposa lleva a término junto con su hijo por nacer.