Durante años, los científicos han sabido de la existencia de otro cerebro dentro de nuestros cuerpos. Nuestro estómago funciona de forma totalmente independiente y hace mucho más que digestión. Reina sobre una espectacular colonia de cien mil billones de bacterias que tienen un fuerte impacto en nuestras personalidades. Algunas enfermedades del cerebro, como el Parkinson, pueden deberse a la degeneración de las neuronas intestinales.