Kerstin vive una vida suburbana idílica y amorosa. Casada con un hombre de verdad, tiene tres hijos y es una talentosa diseñadora de moda. Al final, se cansa de las convenciones de la vida y se escapa, tanto al trabajo como al erotismo libre. A lo largo de los años, también lucha contra las enfermedades mentales y las consecuencias que tiene para sus hijos.