Dos almas se encuentran en una ruina: una la encuentra por primera vez; el otro atado irreversiblemente. El encuentro fantasmal deja al recién llegado cambiado: sintiendo lo que sucedió aquí en este mundo familiar pero lejano; siguiendo tentativamente los hilos; y al ver el camino que camina se hizo eco de esta otra presencia. Cerca de encontrar la fuente de sí misma, se esfuerza por alcanzarla, luego se esfuerza por separarse. En última instancia, encuentra consuelo en las huellas dejadas por los que vinieron antes, y deja las suyas. Lleno de tristeza, dolor, descubrimiento y consuelo en los lazos que nos unen, Desviación, dos veces removidos es un poema en movimiento que celebra y cuestiona nuestras herencias internas.