Nacido en la pequeña localidad de Feira de Santana, en el interior de Bahía, Divaldo vive con la mediumnidad desde los 4 años. Alterado por lo que ve, rechazado por otros niños y reprimido por su padre, el niño no tiene una infancia fácil. A los 17 años, está convencido de que es inútil intentar negar su don. Con el apoyo de su madre, entra en contacto con el Espiritismo y se traslada a Salvador para estudiar la doctrina. Bajo la guía de su guía espiritual, Joanna de Ângelis, el joven supera la nostalgia y la soledad de la gran ciudad y abraza su misión. Unos años después, ese extraño chico de Feira de Santana se convierte en uno de los médiums más importantes de todos los tiempos y renuncia a su vida personal para dedicarse a la caridad.