Tanto en 2006 como en 2007, los intentos del Desfile del Orgullo Gay en Moscú son reprimidos violentamente. Para muchos observadores, la actitud hacia las minorías sexuales parece ser la prueba de fuego del estado de la democracia en Rusia. En enero de 2007, por primera vez en la historia de Rusia, un líder ruso, el presidente Vladimir Putin, menciona la situación de la comunidad LGBT: no criticará la política del alcalde de Moscú, Yuri Lushkov, quien prohíbe el evento, pero le preocupa el futuro demográfico del país. Y la opinión de Putin parece ser repetida por los manifestantes de la contra de derecha en las calles. La película muestra tanto a los organizadores de los eventos del Orgullo como las estrategias de supervivencia de la mayoría de lesbianas y gays rusos, para quienes la lucha por la democracia en las calles no parece ser una alternativa atractiva.