Waltraud, Maria y Lena lograron salvarse de la bancarrota inminente con su atrevida idea de negocio de trabajar como proveedoras de sexo telefónico. Pero algún tiempo después, nuevamente en su pueblo natal las cosas van mal: muchos residentes se mudan, hay cada vez menos trabajos y los turistas escasean. La culpa de toda la miseria es la falta de Internet de banda ancha, sin el cual uno pierde rápidamente la conexión hoy en día.
Mientras los hombres del pueblo intentan por su cuenta tender los cables necesarios, Waltraud, Maria y Lena tienen una idea: quieren ganar el concurso de baile en la vecina Josefskirchen y pagar con el dinero del premio la infraestructura necesaria. Pero la intrigante alcaldesa Moni Moni también está interesada en el dinero del premio.