La madre de Fausto se niega a aceptar el hecho de que su hijo sea sordo y se niega a enviarlo a una escuela especial donde pueda aprender el lenguaje de señas. Su tía, sin embargo, le enseña a comunicarse y le ayuda a encontrar un lugar entre un grupo de sordomudos. Conoce y se enamora de Elena, dejando a la novia "oficial" elegida por su madre, y los dos planean ir a Washington a estudiar en una universidad especial para sordomudos. La madre acusa a Elena de ser egoísta, Elena es atropellada por un automóvil y hospitalizada, y Fausto termina conmocionado al escuchar por primera vez lo que sucede a su alrededor.