Retribution
2015. A Coruña, Galicia (noroeste de España). Carlos, un ejecutivo bancario felizmente casado con Marta y padre de dos hijos, la mayor Sara y el menor Marcos, comienza el día como de costumbre, listo para trabajar en el banco después de llevar a los niños al colegio. Pero cuando los tres se suben al coche, un teléfono celular que queda dentro del vehículo suena. Al otro lado, una voz desconocida le dice a Carlos que hay una bomba debajo del coche y le exige una gran cantidad de dinero bajo la amenaza de hacerla explotar si alguno de ellos sale del vehículo, marcando el final de la jornada laboral como límite de tiempo para recibir el dinero. Ocultando el peligro a los niños, Carlos comienza una carrera por la ciudad llamando a Víctor, su amigo y compañero de trabajo, para conseguir el dinero. Cuando Carlos se encuentra con la esposa de Víctor, Julia, en la ciudad por casualidad mientras está en negociaciones con Víctor mismo, Carlos descubre que "el desconocido" también está chantajeando a su amigo, quien se niega a pagar el dinero después de una operación bancaria ilegal. Intentando salvarla, Carlos y los niños ven cómo explota el coche de Julia, matándola y obligando a Carlos a huir rápidamente. Con su coche identificado como un posible sospechoso de la explosión, el jefe de policía Espinosa inicia una investigación mientras Marta intenta descubrir dónde está su esposo y por qué los niños no están en el colegio. Al mismo tiempo, Alejandro, el jefe de Carlos y Víctor de la Oficina Central de Madrid, llama a Carlos para obligarlo a guardar silencio sobre las operaciones ilegales, más preocupado por una posible filtración a la opinión pública que por la vida de su empleado. Perseguido por la policía, Carlos finalmente queda atrapado en un parque público, rodeado por Espinosa y sus hombres, quienes erróneamente lo toman como un criminal que está amenazando a sus hijos con una amenaza de bomba. El jefe llama a Belén, jefa del equipo de explosivos, para intentar desactivar la bomba. Revelando a Sara y Marcos el peligro que enfrentan, Carlos tendrá no solo que convencer a Espinosa de que no es el enemigo, sino también encontrar una manera de engañar a "el desconocido" para que revele su verdadera identidad, para poder detenerlo de una vez por todas antes de que haga explotar el coche.