En el siglo III a. C., Ying Zheng, heredero del Reino de Qin, busca dominar los seis reinos chinos restantes. La estrategia de Ying es parecer invencible. Ying envía a su concubina Zhao al Reino Han como espía, para reclutar a un asesino que pueda conquistar. Zhao persuade a Jing Ke, pero se enamora.