El mundo es nuestro
2012. Sevilla, Andalucía (sur de España). El Culebra y El Cabesa son dos amigos de toda la vida que viven sin éxito y suerte en la vida, vistiendo eternamente chándales. Cerca de los 30 años y viviendo como trabajadores de cuello azul y carteristas de poca monta, deciden cometer su mayor golpe: asaltar un banco y escapar a Brasil con el dinero, imitando los mismos eventos protagonizados en 1989 por el famoso ex guardia de seguridad español y posterior ladrón Dionisio Rodríguez Martín 'El Dioni'.
Por lo tanto, el robo teóricamente fácil se complica en el momento de llevarlo a cabo después de la aparición en el banco de Fermín, un empresario y CEO en sus 50 años lleno de explosivos que amenaza con inmolarse, y que exige la llegada de cámaras de televisión para llamar la atención sobre su delicada situación económica. Fuera del banco, la policía lo rodea para evitar cualquier escape, lo que hace que la única solución para El Culebra y El Cabesa sea fortalecerse dentro del banco, convirtiendo un asalto fácil en un completo secuestro que incluye rehenes y explosivos.
A partir de este momento, la policía intentará poner fin a la situación a cualquier costo, pero ninguno de ellos cuenta con la presencia de una reportera de noticias de televisión entre los rehenes. Secretamente logra hacer una conexión en vivo con el ojo público para revelar todo lo que sucede en el banco, convirtiendo involuntariamente el secuestro en un circo para los medios de comunicación, y a El Culebra y El Cabesa en héroes improvisados y defensores de Fermín.
Esto hace que los rehenes se dividan entre escapar para regresar a sus hogares y permanecer en el banco hasta que se resuelva la situación de Fermín. Con el paso del tiempo, y a pesar de todos los esfuerzos de la policía por llegar a un acuerdo para poner fin al secuestro, la tensión dentro y fuera del banco aumenta, lo que hace que el robo finalmente escape a cualquier control.