A través de una investigación personal de su sobrina, Mariana Pamplona, la película recupera la vida de la guerrillera Iara Iavelberg. Fue una mujer culta y hermosa que dejó atrás una cómoda vida familiar, optando por emprender una lucha armada contra la dictadura militar en Brasil. Viviendo en la clandestinidad, en una rutina de secuestros y acciones armadas, se convirtió en la compañera del ex militar Carlos Lamarca, compartiendo con él el cargo de uno de los objetivos más buscados del régimen militar. La película desmonta la versión oficial de la dictadura, que atribuye la muerte de Iara en Salvador en 1971 a un suicidio.