Cuando Ana se casó con Félix, el líder de una banda de rock e hijo de un agente de viajes, pensó que su vida sería llena de emociones y viajes. Ahora, en sus cuarenta, lleva una vida monótona con su esposo y su hija, dando lecciones de cocina y tomando cursos de francés. Pero un día recibe una invitación para dar un curso de cocina en París.