Hombre virtuoso dedicado al deber, Empimaco Velasco ascendió de las filas para convertirse en uno de los directores más admirados del Negociado Nacional de Investigaciones. Como agente, trabajó duro para resolver muchos casos desconcertantes, y como jefe de la Oficina, encabezó la NBI en su búsqueda para resolver crímenes y, al mismo tiempo, frenar la corrupción entre sus filas.