Justo cuando su hermana y su prometido planean vender la granja de su difunto padre en Carolina del Norte, regresa el mujeriego Frannie Vaughn, a quien ni siquiera pudieron alcanzar para el funeral. Ella evita la venta y decide con frivolidad convertirla en una granja de cerdos, sin ningún conocimiento. Mientras tanto, le hace la vida más animada y más difícil a cualquiera en la fábrica donde su hermana le consigue un trabajo que pronto arruina, pero así encuentra un socio en el capataz Ruben, que lo acompaña cuando ocurre un desastre.