La familia Styles regresa a casa después de unas largas vacaciones familiares para descubrir que una familia criminal ha invadido su hogar. Mientras su esposo e hija son rehenes, Lisa se ve obligada a retirar dinero de su cuenta comercial, que en su mayoría consiste en fondos de sus clientes. La familia logra escapar, pero la policía no cree en su historia y acusan a Lisa de inventar la historia para defraudar a sus clientes. Los Styles deben rastrear a los delincuentes para demostrar su inocencia.