Monty es culturista. Su gimnasio es el corazón de su existencia. Es agresivamente masculino, escandalosamente narcisista e intolerante. Compartiendo este extraño mundo está Bertin, el hermano menor cerebral y emocionalmente herido de Monty. Un día tormentoso, las vidas extrañas pero asentadas de los hermanos se ven repentinamente interrumpidas por la llegada inesperada de Lilith, una monja católica que recauda contribuciones para una causa inusual. La llegada de Lilith es el catalizador necesario para generar un cambio trascendental en la relación de Bertin con su hermano, un cambio que resulta en la asombrosa y espantosa caída del vanaglorioso Monty.