En la película Deadly Still, un grupo de amigos descubre una antigua cámara fotográfica en un mercado de pulgas. Sin saberlo, esta cámara tiene el poder de capturar el alma de las personas que fotografía.
Con el paso del tiempo, los amigos comienzan a notar que las personas que aparecen en las fotografías empiezan a desaparecer misteriosamente. Pronto se dan cuenta de que la cámara está maldita y que deben encontrar una manera de detenerla antes de que sea demasiado tarde.
La tensión aumenta a medida que los amigos se enfrentan a fenómenos paranormales y descubren la oscura historia detrás de la cámara. Con el tiempo corriendo en su contra, deberán unir fuerzas y enfrentarse a sus propios miedos si quieren sobrevivir a esta amenaza sobrenatural.