En 1945, los equipos de camarógrafos fueron con los ejércitos estadounidense y británico en los campos de exterminio nazis y filmaron el horror que encontraron allí. Un grupo de directores entre los que se encontraba Alfred Hichcock elaboró un guión para presentar estos horrores y asegurarse de que la gente los recuerde. Cuarenta y ocho años después salió de la cueva del Imperial War Museum y se editó según lo previsto.