Un profesor de 85 años que se hospeda en la suite de un hotel en Tokio contrata a una prostituta para un último hurra. Temeroso de que tomar Viagra lo mate, está esperando una devolución de llamada de un cardiólogo cuando aparece una prostituta peculiar que es solo unos 20 años más joven que él. Es curioso lo que descubren estas dos personas solitarias: no importa cuál sea tu edad, la vida puede sorprenderte.