Después de la muerte de su madre, Juri, de 16 años, y su padre Jaschek se mudan a un edificio prefabricado en ruinas en las afueras de la ciudad. Mientras Jaschek intenta construir una nueva existencia para él y su hijo como cuidador del edificio, Juri descubre gradualmente que la casa tiene una vida propia maliciosa y se alimenta del sufrimiento de sus residentes.