La despistada Polly consigue un trabajo como secretaria en la galería de arte de Gabrielle. Polly aspira a ser fotógrafa profesional e idolatra a Gabrielle por su habilidad artística. Cuando Gabrielle reaviva una vieja relación romántica con la pintora más joven, Mary, Polly se pone celosa y descubre que Gabrielle no es quien dice ser.