Después de la explosión de la furgoneta de reparto de Sekou, la prensa se vuelve contra el presidente electo que advirtió contra la 'reacción exagerada' como si fuera un segundo 11 de septiembre y la culpa por una evacuación cobarde, impuesta en realidad por el equipo de Dar mientras él la mantiene aislada y confiere con Saul, quien informa que la ruptura del trato iraní bien puede ser organizada, de manera plausible, por el Mossad. El agente Thoms no solo se une al juego de la culpa para destruir la responsabilidad, sino que convenció a Carrie de que la grabación del FBI utilizada para liberar a Sekou no era de él después de su chantaje, sino que fue entregada a escondidas por un tercero manipulador. Haciendo caso omiso de la advertencia de Quinn de que su casa está vigilada, Carrie le pidió que cuidara a su hija Frannie, que lo adora, sin saber que la prensa pronto los rastrearía y sitiaría la casa, que también se convierte en un objetivo de vandalismo. Peter hace una defensa de un solo hombre, agarra a un reportero invasor, incluso contraataca a toda una ESU que invadió el 'sitio del secuestro' sin herir a nadie.