Can y su madre Derya viven una vida de campo normal. Pero después de un tiempo, su madre comienza a mostrar un comportamiento extraño. Parece sufrir pérdida de memoria y habla en idiomas antiguos. Intrigado por el enigmático comportamiento de Derya, Can comienza a preguntarse sobre la infancia de su madre. La investigación los lleva a los dos a la ciudad natal de Derya en la parte egea de Turquía. Allí, con la ayuda del imán local, Can encuentra a Asaf, un hombre que practica el antiguo misticismo judío. Pero Asaf, al tratar de romper las maldiciones y expulsar a los espíritus malignos, se adentra cada vez más en la oscuridad.