La turbulenta relación entre Oskar y Alex termina en un gran incendio, Alex se ha establecido en el apartamento de Oskar. Entonces Oskar decide que todo será diferente con el próximo y hace un trato con la amante de la diversión Masha: dormir juntos pero no hacer el amor. Ambos deambulan por Berlín y por sus vidas, a veces juguetones, a veces obsesivos. E incluso Masha tiene sus problemas. Mientras intentan construir una relación "normal", tanto Masha como Oskar llegan a sus límites.